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ALCOHOL Y MENORES
“Los jóvenes beben como los nórdicos: se toman hasta siete copas en dos horas”
Una campaña llama a padres y profesores a actuar contra el abuso de alcohol entre menores
El consumo de alcohol entre menores centra las preocupaciones de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD). Los últimos datos disponibles, elaborados por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud en septiembre de 2017, no muestran señales de mejora: el 42% de los jóvenes entre 15 y 17 años asegura que le compensa emborracharse, pese a los riesgos asociados. “Se consume con un patrón nórdico, que a mí me tiene espeluznado siempre, porque supone tomarse de cinco a siete copas en dos horas”, asegura Ignacio Calderón, vicepresidente de la FAD. La fundación ha presentado este miércoles una nueva campaña de sensibilización dirigida en particular a padres y profesores.
“Antes en España el alcohol era un producto de socialización y de relación con amigos, una cuestión puramente social”, afirma Calderón. "Ahora no emborracharse es casi imposible. Hemos montado una sociedad para borracheras”, añade alarmado. El vicepresidente de la FAD cita los resultados de una encuesta a jóvenes: el 35% considera que el alcohol les permite “pasarlo bien”, según estos datos. “Creo que para un porcentaje muy alto el alcohol es un compañero claro de la diversión”, comenta. Por esa razón apunta a la larga duración de las noches de ocio como posible causa del abuso.
Calderón cree que dar respuestas eficaces a esta situación es "complicadísimo", porque considera que la socialización entre jóvenes por la noche "es fundamental", y no es fácil encontrar soluciones para apartar este aspecto del consumo de alcohol. El vicepresidente de la FAD recuerda los intentos de algunas administraciones locales de proponer formas de ocio alternativo, pero considera escasa su eficacia, porque los jóvenes "no salen por la noche a hacer deporte".
El vicepresidente considera que reducir los horarios de los locales de ocio nocturno podría contribuir a disminuir el consumo de alcohol, pero sostiene que hay que tener en cuenta que el sector del ocio nocturno tiene un impacto económico importante. Además, cree que mucha gente joven cambiaría sus horarios de salida y seguiría bebiendo. Por eso, lo que puede hacer una entidad como la FAD es alertar a los jóvenes, a las familias y a la sociedad "de las consecuencias" del abuso, según Calderón.
Un mensaje para padres y familias
Un hombre decide dejar de ser indiferente cuando saca a su perro a pasear y se encuentra a grupos de chavales borrachos. Un padre se suma a una asociación de madres y padres de alumnos porque cree que sus hijos están "en la edad de no beber". Otra madre le cuenta que quería llamar a su perro Whisky o Ron, y al final optó por Robin. Un cantante de reggaetón cambia la letra de su último tema: el estribillo ya no reza “Me lo bebo tó”, sino “Me lo bailo tó”. Un chico le da a me entristece en una red social a la foto de un amigo de borrachera. Todas estas son escenas del nuevo spot de la FAD, que será lanzado en televisión y en radio y también en las redes sociales a través de una serie de vídeos.
Ignacio Calderón considera que la sociedad adulta tiende a rechazar responsabilidades con respecto al abuso de alcohol. Por eso considera fundamental "cambiar el rumbo" y lanzar un mensaje fuerte. "Me voy al trecho", reza la nueva campaña de la fundación, que juega con el refrán "entre el dicho y el hecho hay mucho trecho" para simbolizar la necesidad de implicarse directamente en la lucha contra esta lacra. El objetivo principal de la campaña es, según el vicepresidente de la FAD, conseguir que padres, educadores y los demás agentes sociales que constituyen el entorno de los adolescentes dejen de pensar "este no es un tema mío".
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