Hígado graso

 

Hígado graso

Dore FerrizDore FerrizGajos del oficio

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El hígado se encarga de unas 500 funciones orgánicas. Juega un papel muy importante en la digestión, en el metabolismo del azúcar y las grasas e incluso en el sistema inmunológico. Procesa todo lo que comemos, respiramos o absorbemos a través de la piel. El 90% de los nutrientes del organismo, procedentes de los intestinos, pasan por el hígado. Éste los convierte en energía, almacena nutrientes y produce proteínas sanguíneas. Actúa como filtro para eliminar patógenos y toxinas de la sangre. Elabora bilis, almacena glucógeno, hierro, cobre, vitamina A, muchas de las vitaminas del complejo vitamínico B y vitamina D. Produce albúmina y otras proteínas, muchas esenciales para la coagulación normal de la sangre (protrombina y fibrinógeno) y una sustancia anticoagulante llamada heparina.

El hígado graso es una afección caracterizada por la acumulación de grasa en el hígado. Es la enfermedad hepática crónica más común del mundo occidental. Sanarlo requiere de una selección adecuada de alimentos y complementos nutricionales que favorezcan su recuperación, le quiten carga y consigan que el trastorno revierta, según la fase de desarrollo. Se requiere una dieta con más fibra, libre de azúcares simples, una elección adecuada de grasa y cero de alcohol.

Las personas con hígado graso se levantan sin apetito, pero en la tarde sufren ataques de ansiedad. Frecuentemente tienen resistencia a la insulina y grasa abdominal aun sin comer en exceso. Generalmente no sienten molestia o dolor pero tienen: ansiedad en la tardes, fibromialgia, ácido úrico, triglicéridos y colesterol alto, grasa abdominal, verruguitas en el cuello y las axilas, caída del cabello y acné, ronquidos (apnea del sueño).

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Otros síntomas que pueden delatar este padecimiento son: hinchazón abdominal después de comer, plenitud, digestiones pesadas y fatiga crónica.

Ningún medicamento o suplemento reemplaza un estilo de vida sano. Tengo que mencionar que, en caso de padecer esta condición hepática, es recomendable evitar algunos medicamentos como: pastillas anticonceptivas, postinor, sibutramina, xenical, pastillas chinas, fruta planta, carnitina y especialmente no tomar glucosamina. La vitamina E es totalmente inútil para mejorar el hígado inflamado.

La composición de la dieta resulta determinante en la reducción de grasa hepática y la inflamación. Lo primero será visitar a tu médico para que te ayude a establecer hábitos que comprometan a tu organismo a recuperarse.

Alimentos clave

-Más fibra soluble: un tipo de fibra que se disuelve en el agua y forma una especie de gel en el intestino. Ésta retrasa el vaciamiento gástrico provocando un efecto saciante que contribuye a controlar el apetito. De forma indirecta, ayuda a la pérdida de peso. Además, limita el incremento de la glucemia tras las comidas y ayuda a controlar la resistencia a la insulina, habitual en las personas afectadas de hígado graso.

-La pectina forma parte de la pared celular de las plantas, especialmente en la piel de las frutas. Come pera, manzana, plátano, uvas, higos, ciruela.

-Los mucílagos se caracterizan por una consistencia viscosa natural de ciertas semillas como el plantago, linaza, avena, frijoles, germinados, raíces, borraja.

-Las gomas que cumplen una función protectora en las plantas, como la salvia.

-Menos azúcares simples: porque disminuye la sensibilidad a la insulina y aumenta el nivel plasmático de triglicéridos y ácidos grasos libres, lo cual conduce a esteatosis hepática. Evita aguas con los edulcorantes porque se van metabólicamente directo en el hígado. Además de los postres, refrescos y jugos, evita las harinas refinadas. Busca su versión integral.

Grasas buenas: la mala elección lípida se acumula en el plasma y encima favorece la acumulación de grasa en hígado y la progresión del hígado graso no alcohólico. Busca alimentos ricos en omega 3 como las nueces, semillas, cereales integrales, aguacate.

Cero alcohol: es un tóxico para el hígado, un órgano dañado por la inflamación y el acúmulo graso. Eliminar el consumo de todo tipo de bebidas alcohólicas, incluidas las de baja graduación, como la cerveza, el vino, la sidra, el champán o el cava.

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