BEBER SOLO PARA EMBORRACHARSE Y EN POCAS HORAS
BEBER SOLO PARA EMBORRACHARSE Y EN POCAS HORAS
A pesar de estar prohibida su venta a menores, conseguir alcohol no les es difícil. De hecho, la edad media de inicio en su consumo baja hasta casi los 13 años.
El motivo, según denuncian los expertos, una permisividad social alentada en parte por la percepción de esta sustancia psicoactiva como de bajo riesgo y una industria que mueve intereses muy potentes y que cada vez más apunta a estos consumidores. De hecho, la exposición a la publicidad de alcohol incrementa el consumo entre los jóvenes de entre 13 y 16 años, como demuestra el proyecto europeo ?Amphora?.
Esa presión, unida a un periodo especialmente vulnerable como lo es el de la adolescencia, hacen que tengamos entre manos una bomba de relojería. «El adolescente tiende a intentar ?romper las reglas? establecidas e ir en contra de los padres, y a veces lo hace usando el alcohol de forma excesiva y peligrosa», explica el doctor César Soutullo, director de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Clínica Universitaria de Navarra.
Claramente, las formas de beber alcohol están cambiando y desde aquel consumo mediterráneo de la copa de vino acompañando a las comidas se ha ido pasando a patrones típicos del centro y norte de Europa. En ellos, el consumo está separado de la comida, con predominio de cerveza y sobre todo bebidas destiladas, con patrón intensivo en la ingesta, es decir, en forma de atracones o ?binge drinking?, que consiste en consumir un mínimo de 5 copas los chicos y 4 las chicas en dos horas como máximo.
«Se busca la intoxicación etílica severa muy rápidamente, un patrón que está siendo muy utilizado por adolescentes y jóvenes. Esto ocasiona numerosas complicaciones por los efectos de la intoxicación (coma etílico, gastritis alcohólica, neumonías por aspiración, traumatismos, etc.) junto a alteraciones conductuales (agresiones, delitos contra la seguridad del tráfico?). De hecho, se ha visto que el consumo de alcohol en forma de atracones es aún más peligroso, si cabe, que los consumos habituales, con mayor toxicidad neurológica y cardiológica», explica el doctor Benjamín Climent, jefe de la Unidad de Toxicología Clínica del Hospital General de Valencia.
Más peligro para ellas
Entre la población de 15 a 24 años ya son más las bebedoras de riesgo y las que mayor número de intoxicaciones etílicas sufren. «Esto es particularmente grave porque las mujeres están peor dotadas para soportar el alcohol por razones estrictamente biológicas», explica Julia González Alonso, directora de la Unidad de Sistemas de Información y Documentación de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.
Un menor volumen sanguíneo hace que la concentración de alcohol en sangre, a igual consumo que un chico, sea mayor en ellas. Además, los tejidos de la mujer tienen más grasa, con lo que el alcohol se disuelve peor. Y para rematar, su hígado tiene menos alcohol deshidrogenasa, que es una enzima necesaria para metabolizar el etanol.
Pero los peligros están ahí para todos. De hecho a la facilidad de adicción provocado sobre todo por ser un fenómeno que comienza en la adolescencia, se une el policonsumo (se toman drogas) y un incremento en el riesgo de transmisión de enfermedades sexuales, ya que durante el estado de embriaguez se mantienen más relaciones sin protección.
A esos peligros hay que sumarle que el alcohol es capaz de dañar prácticamente todos los tejidos del organismo y sus efectos nocivos abarcan desde problemas en el sistema nervioso hasta el corazón pasando por los músculos, los genitales y, por supuesto, el hígado.
«Se ha asociado el consumo de alcohol con algunos tipos de cánceres como el de hígado o el de mama en mujeres. Por otra parte, el riesgo de suicidio en población alcohólica es de 60 a 100 veces el encontrado en la población general», explica el doctor Antonio Javier Chamorro Fernández, experto perteneciente al grupo de trabajo de Alcohol y Alcoholismo de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
«Además, si el alcohol se usa como forma de disminuir la ansiedad social, el adolescente se acostumbra a manejarla utilizándolo, y no aprende a resolver sus problemas por sí mismo. Por ello el alcohol detiene o retrasa su desarrollo psicológico normal», matiza el doctor Soutullo.
Para alertar a la población y a la vez estar prevenidos de lo que se pueden encontrar, médicos de urgencia observan las modas en el consumo de alcohol, importadas sobre todo de los Países del Este y el Reino Unido y descritas ya en zonas de ocio turístico, que encuentran en Internet su mejor altavoz.
«Probablemente es anecdótica su utilización, aunque nunca sabemos cómo van a evolucionar las tendencias en adicciones», explica el doctor Climent.
Alerta sobre las modas
Así el consumo de alcohol a través de las mucosas (como sucede en el eyeballing, verter el alcohol en los ojos abiertos, o en el tampodka o tampax on the rocks, aplicación de tampones empapados en alcohol en la vagina o el ano) puede ocasionar una inflamación aguda en las mismas que puede producir enfermedades locales como conjuntivitis y queratitis y aumenta la incidencia de infecciones.
Con respecto al oxy-shots, ingerir el alcohol en dispositivos de nebulización mezclado con oxígeno, amén de la intoxicación etílica que como en los otros casos provoca, puede provocar inflamación aguda de las vías respiratorias.
«El principal filtro y descontaminante de lo que se ?absorbe? por el tubo digestivo se encuentra en el hígado, ya que una de sus funciones es transformar el alcohol en sustancias menos tóxicas. Sin embargo, las venas de la cuenca ocular, el recto y la vagina no pasan por este filtro y el alcohol que llega a la sangre a través de estas vías afecta directamente a todo el organismo sin depurar», explica el doctor Chamorro.
Es por esto que la toma de alcohol por estas vías incrementa la concentración en sangre de forma mucho más rápida, pudiendo llegar a ser potencialmente mortal.
Más extendido está mezclar alcohol con bebidas energizantes que por la cafeína que contienen provocan una menor sensación de embriaguez, lo que puede llevar a consumir en exceso y a medio plazo favorecer la dependencia del alcohol.
Y es que el ?consumo de riesgo? ?pauta de ingesta que aumenta el riesgo de consecuencias nocivas para el bebedor y para terceros y que puede conllevar daños psicológicos, sociológicos o físicos? es muy habitual. Tanto como que en Europa está establecido en beber más de 2 cervezas o vinos al día en mujeres o más de 4 en hombres. Pero, sobre todo, es muy importante considerar que cualquier consumo es de riesgo en embarazadas, durante la lactancia y en menores.
Vistas las cifras, se comprende la gravedad de un problema para el que muchos expertos reclaman un debate social como el que en su día se abrió con el consumo de tabaco.
Comentarios
Publicar un comentario